Nadar en un agua limpia y cristalina. Navegar sobre las olas. No hay nada como el mar. Sobre todo si dispones de 300 días de sol al año, una temperatura del agua que llega a los 25º y una brisa constante. Sol y aire puro: en eso consiste la vida.
Una forma maravillosa de percibir la belleza de la costa es un paseo en velero. De pronto todo parece distinto. La visión de la costa nos descubre un montón de sorpresas: nuevas playas de blancas arenas, espectaculares acantilados, románticas calas donde nadar a solas, pintorescos pueblos que, a lo lejos, perecen de juguete.
¿Y el agua? Tan limpia que las playas que baña reciben cada año una Bandera Azul de la Unión Europea.
Este es también el paraíso de los aficionados al surf y otros deportes acuáticos. Asimismo, los amantes de la navegación cuentan con modernos puertos deportivos.
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