jueves, 14 de junio de 2012

El Castillo de Denia y el barrio de Les Roques





Les Roques formaba parte del Raval de tierra amurallado, era un aparte de la ciudad árabe, la medina, anterior a la conquista cristiana del siglo XIII, con sus casa de barro, molinos, hornos, ... 




Los ravales, incluyendo el marinero, eran junto a la Alcazaba (palacio árabe que se sitúa en dicha época en la parte alta del castillo) y el Albacar (zona de pasto del ganado en época árabe) formaban la estructura urbana de la ciudad, conformando un espacio urbano en 3 recintos concéntricos amurallados.

En 1297, el Rey Jaime II hizo trasladarse a toda la ciudad al interior del castillo y alrededores, en los terrenos que en tiempo árabe se situaban la Alcazaba y el Albacar, formando lo que se conoce como la "Villa Vella", por motivos defensivos y de refuerzo de la ciudad como bastión militar.

Las murallas junto con las casas del raval fueron derruyéndose, aunque una parte de ellas permanecieron intactas y otras han sido reconstruídas o están en proceso de reconstrucción, originando que hoy en día sea una de las zonas con un encanto muy especial para pasear y disfrutar del ambiente que se respira en esta zona privilegiada de Dénia. Calles estrechas, casas bajas, desniveles, escaleras, ...




Conectado con el centro histórico de Denia por las calles Loreto, Cavallers, Plaza del Ayuntamiento, integra esta zona con la urbana del siglo XVI y XVII, siendo hoy una de las zonas recuperadas para el ocio y gastronomía, con calles peatonales y edificios singulares.


6 Razones para visitar el Castillo de Denia


http://www.flickr.com/photos/38723245@N06/4443776834/

1.- El paseo por el casco antiguo que da acceso al mismo. Disfrutar de un paseo por las calles Trinquet, Hospital, Sant Francesc, Salto, Santísima Trinidad.



2.- Visitar el museo. Se encuentra en el Palau del Gobernador, dentro del recinto del Castillo de Denia. El museo arqueológico alberga muestras de las etapas más importantes de la historia de Denia. Se divide en cuatro áreas donde se exponen las épocas ibérica, romana, musulmana y cristiana. 







3.- Las vistas al mar. Excelente atalaya.



4.- Las vistas 360º sobre la ciudad.



5.- Tener un momento de relax y tranquilidad, disfrutando de un entorno precioso.



6.- Encontrarte con el tesoro de la diosa Diana, o la diana de oro, que dice la leyenda se encuentra enterrado en el mismo.




viernes, 1 de junio de 2012

Las hogueras de San Juan



Para celebrar la llegada del verano, tradicionalmente los alicantinos acudían a cenar al campo el 23 de junio: comían productos típicos y cuando llegaba la medianoche encendían fogatas, bailaban a su alrededor, lanzaban cohetes y se bañaban en el mar. 
Esta costumbre se mantuvo con el tiempo y en 1928 se constituyó de manera formal como las fiestas de Hogueras de San Juan. Durante varios días, Alicante celebra este grandioso homenaje al fuego, hermano de las Fallas valencianas, en el que los protagonistas principales son auténticas obras de arte efímero: las “hogueras”, las enormes figuras de cartón y madera que se queman en la noche de San Juan.
En el mes de mayo se elige a la reina de las fiestas, la llamada “Belleza del Fuego”, entre las candidatas presentadas por la comisión de cada barrio. 
Los festejos comienzan oficialmente el 20 de junio, con la colocación de las monumentales “hogueras” que, con su aire satírico, llenan las calles de Alicante de ingenio y buen humor. Ese día también se instalan las “barracas” en el recinto ferial, donde se realizan las verbenas populares y se degustan las típicas brevas y cocas, una especie de empanada de atún, cebolla y piñones. 
El 21 de junio tiene lugar el desfile de bandas de música y de las comisiones, con sus respectivas “bellezas” y damas de honor vestidas con trajes tradicionales. 
En la jornada siguiente, se produce la ofrenda floral a la patrona de la ciudad, la Virgen del Remedio.
El día 23 se celebra el desfile folclórico internacional, una vistosa cabalgata en la que participan grupos de baile procedentes de todo el mundo. 
Además, todos los días a las dos de la tarde, del 20 al 24 de junio, se realizan espectáculos pirotécnicos en la plaza de los Luceros: son las ruidosas “mascletás”. 
Y por fin, a las doce de la noche del 24 de junio llega la “cremá”. Tras una extraordinaria palmera blanca de fuegos artificiales, las “hogueras” repartidas por toda la ciudad arden entre alegría, bailes y cantos, al mismo tiempo que los bomberos lanzan agua a los asistentes en lo que se conoce como la “banyá”.

Sin embargo, la fiesta no acaba todavía. Desde el día 25 hasta el 29, se celebra en la playa del Postiguet el concurso de fuegos artificiales, mientras que el casco antiguo de la ciudad se anima con el mercado medieval y sus distintos espectáculos.